La historia de un escort.-
Cuando el físico se vende:
Joven de 29 años cuenta su experiencia como trabajador
sexual y profesor de educación física.
León es un argentino radicado en Chile desde hace 16 años. Llego al país junto con su familia cuando tenía 14, escapando de la mala situación económica y política que enfrentaba Argentina en el 2001. Algunos familiares regresaron cuando la crisis mejoró, pero el decidió quedarse y continuar su vida en Viña del Mar. Ahora con 29 años, León es profesor de educación física, y además, es escort en sus ratos libres.
Por
razones de privacidad y trabajo, León reserva su identidad, “trabajar entre
deportistas de alto rendimiento genera influencias y hay que mantener una
imagen respetable”, argumenta. “Como profesor prefiero hacer clases en
gimnasios, que en colegios; deportivamente, prefiero trabajar en mi país,
porque acá son un poco flojos, en el sentido de mantener una constancia en el
entrenamiento durante el año”, expresa mientras muestra fotos junto con Mostaza
Merlo, director técnico argentino.
“Me gusta más hacer clases a deportistas y ver que el trabajo que hacemos rinde frutos y que va bien, a que tener 25 chicos haciendo salto de cajón porque lo tienen que hacer o si no se sacan un uno. Lo mío es más de formar una especie de mini campeones, que trabajar con futuros “vaguitos”, enfatiza con un toque de humor. Lo suyo, como dice, son los futbolistas o tenistas de alto rendimiento, que buscan destacar en competencias.
Su inicio como trabajador sexual parte desde su misma
área de trabajo hace tres años, gracias
a la propuesta de un alumno que también lo era. “Me dijo que ganaba muchísimo
dinero. Pensé “y por qué yo no” y acepte. Creo que lo hice por ambicioso. Y
claro, era muchísimo dinero en poco tiempo, pero hay que tener la mente muy
fría, un estomago gigante y ser un poco actor y psicólogo” recuerda.
La
clientela es muy variada -cuenta con entusiasmo-, desde abogados, médicos,
arquitectos, gente profesional, como también estudiantes y gente común, pero la
mayoría con un gran poder adquisitivo. No importa el sexo, hombres y mujeres
buscan sus servicios, como también casados o parejas homosexuales. La ganancia
es bastante, pero inestable; depende de la ciudad y la altura del mes,
moviéndose entre $250 mil a $600 mil.
Sin
embargo, esto no es definitivo, el sexo por dinero no es lo suyo. “Claramente,
a futuro, no me veo en esto. Espero seguir entrenando a tenistas que sean más o
menos importantes o trabajar en un equipo de futbol como preparador físico. El
sexo por dinero no es lo mío, por placer sí, pero con gente que quiero estar en
el momento”.
A esta maravillosa historia sobre el perfil humano de un escort, mi profesor le puso un 3,5, argumentando que un ESCORT no es un personaje popular. Me sentí humillado. Quería correr de la clase y esconderme entre mis tapas, pero después pensé "lo ha repetido tantas veces y con una cara de bochorno, que le ardió en su hoyo de viejo culiao que entrevistara a un puto". Creo que nadie supo que era yo. Al terminar la clase salí sonriendo y me despedí "que esté bien".